Y seguimos: la gimnopedia nº 1 de Erik Satie, otro de los referentes tonales, esta vez un neoclásico. ¿Por qué? Si escuchan con atención, verán que la pieza es sumamente sobria y no le sobra ni un adorno... eso es el espíritu clásico: el placer de la forma.
¿Se animan a buscar algún otro compositor neoclásico? ¿Y uno clásico?
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