Una tarjeta perforada es una pieza de cartulina que contiene información digital representada mediante la presencia o ausencia de agujeros en posiciones predeterminadas. Comenzaron a usarse en el siglo 19 para el control de telares, aunque no fue hasta mediados del siglo 20 cuando empezaron a usarse en los ordenadores para el almacenamiento de programas y datos. Actualmente es considerado como un método obsoleto de almacenamiento, pese a que aun siguen usándolas algunos artefactos como las máquinas para emitir votaciones en los comicios electorales.
La invención de las tarjetas perforadas data del 1725, cuando los franceses Basille Bouchon y Jean-Baptiste Falcon las crearon para facilitar el control de los telares mecánicos. Esta idea fue posteriormente explotada por distintos inventores como el francés Joseph Marie Jacquard que la uso para el control de su telar, y el británico Charles Babbage, que tubo la idea de usarla para el control de la calculadora mecánica que había diseñado. En 1890 fue el estadista Herman Hollerit el que uso la tecnología de las tarjetas perforadas para la máquina que tabuladora encargada de realizar el censo de los estados unidos en 1890. La tecnología siguió desarrollándose hasta que en 1950 IBM empezó a usarla como soporte de almacenamiento para sus máquinas.
Existió una gran variedad de formatos de tarjetas perforadas, ya que no se encontraban estandarizadas y cada fabricante las adaptaba a las necesidades de sus máquinas. La mayor parte de estas fueron fabricadas por IBM, empresa que ha estado históricamente ligada a la tecnología de las tarjetas perforadas. De hecho, la compañía inicialmente se llamaba CTR (Computin Tabulating Recording Corporation), empresa que a su vez surgió de la unión de varias empresas entre las que se encontraba la Tabulating Machine Company fundada por Herman Hollerith.
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